La mayor parte de la gente está tan acostumbrada a no tomar decisiones por miedo a que no sea lo correcto, sin embargo cada decisión que tomamos o no nos hace ser quienes somos. Pero tenemos que estar dispuestos a tomar decisiones, sea lo más correcto o no eso es lo que nos hace crecer a través de la experiencia. No tienes que quedarte con el arrepentimiento de tomar una mala decisión, sino de lo que aprendiste de aquella decisión.
Si queremos dirigir nuestras propias vidas debemos hacernos cargo del control de nuestras acciones. Lo que configura nuestras vidas no es lo que hacemos de vez en cuando, sino lo que hacemos de forma consistente. Esto tiene que ver con las decisiones que tomas ahora mismo, no solo configuran la forma en cómo te sientas hoy, sino aquello en lo que vas a convertirte.
Tienes que decidir hoy mismo por lo que quieres en unos años! Decide tus acciones y si no lo haces aún así estarás tomando la decisión de dejarte llevar por las circunstancias en lugar de configurar tu propio destino.
Acciones diferentes producen resultados diferentes. Porque cualquier acción es una causa puesta en movimiento, y su efecto se añade a los efectos pasados para hacernos mover en una dirección concreta. Cada dirección nos conduce hacia un destino último: Nuestro destino.
¿Qué decisiones estás tomando el día de hoy? Y si te están llevando al destino correcto. La vida se basa en decisiones que tomas día a día y si ni siquiera estás dispuesto a tomar una decisión tan sencilla como el que comer hoy tienes un gran problema para tomar decisiones. Decide hoy tomar una decisión de avanzar y ser tu quien decida su camino, sino estarás condenado a decidir llevarte por la corriente en vez de avanzar por tu propio consentimiento.
El hombre nace para vivir y no para prepararse para vivir.
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